educación para las emociones, Nuevas Metodologías

LAS CLAVES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

 Las claves de la inteligencia emocional
Emociones, por defecto
Venimos al mundo equipados con un conMunto de reacciones inconscientes que constituyen
un mecanismo sabio con el que la naturaleza ha planificado la supervivencia de la especie:
las emociones básicas y universales. La emoción es aquello que nos impele a querer estar
vivos, en interacción constante con el mundo y nosotros mismos. La parte emocional de
nuestro cerebro guía los planes y decisiones que tomamos en nuestra vida. Las emociones
son la base fundamental del propio proceso de razonamiento y la toma de decisiones.
Alimento para las emociones
El mecanismo principal que enciende las emociones, que alimenta la atención y que abre
las puertas al aprendizaMe es la curiosidad. Ser curioso es algo que se activa a los pocos
meses de nacer y que nos empuMa a Mugar, a experimentar, recibir estímulos, obtener
recompensas y establecer vínculos entre lo que ocurre a nuestro alrededor y nuestras
emociones. El peso de la rutina cotidiana, el estrés y otras presiones nos pueden arrebatar
este carácter curioso, llevándonos a un estado de apagón emocional capaz de repercutir en
la atención de nuestros hijos y en su interés por aprender.
extraido del documento: ¿Cómo educar las emociones?
En la piel de otros
Saber expresar nuestras emociones es clave tanto para comprender las de los demás como
para que los demás nos comprendan. Esta conexión con los sentimientos aMenos nos hace
partícipes de las emociones colectivas y meMora nuestra integración social. La inteligencia
emocional requiere de altas habilidades en las relaciones sociales y para ello, la empatía es
fundamental. Además, la empatía constituye un pilar básico para poder educar a nuestros
hiMos desde la comprensión.
Un pilar de nuestra inteligencia
La inteligencia emocional favorece la capacidad de tomar conciencia de las emociones
propias y aMenas, y de gestionar dichas emociones para dirigir los propios pensamientos y
acciones. La evidencia empírica apunta hacia efectos positivos de la inteligencia emocional
en diversos aspectos de nuestras vidas: entre otros, menores niveles de estrés, reducción
de conflictos, de comportamientos de riesgo, mayor resiliencia, más capacidad para saber 
encaMar la frustración, mayor rendimiento académico y, en último término, una meMora del
bienestar emocional.
Cinco destrezas imprescindibles
MeMorar nuestra inteligencia emocional pasa por dominar cinco habilidades fundamentales,
las denominadas competencias emocionales. Primero, hay que tener conciencia emocional;
poder reconocer las emociones y sentimientos que nos afloran. Luego, leMos de reprimir
estas emociones, hay que saber regularlas ante situaciones tanto favorables como
adversas. La inteligencia emocional también se construye con dosis de empatía, de saber
ponerse en la piel de los demás y comprender los sentimientos aMenos. Ello nos lleva a su
vez a otra competencia, las habilidades sociales, el saber tratar con quien nos rodea y
establecer lazos sanos y duraderos. El último ingrediente para consolidar nuestra
inteligencia emocional consta de aquellas habilidades que promueven la construcción del
bienestar personal y social.
La forja de la inteligencia emocional
El proceso por el que una persona potencia estas competencias se denomina educación
emocional. Dicho proceso tiene un carácter continuo, prolongado, eminentemente práctico
y sus aplicaciones contribuyen en muchas situaciones de nuestra vida diaria, como la
comunicación efectiva y afectiva, la resolución de conflictos, la toma de decisiones… En
último término, la educación emocional pretende capacitar a las personas para adoptar una
actitud positiva ante la vida, con el fin de alcanzar un mayor bienestar emocional, que
redunda en un mayor bienestar social.
La receta para la prevención
La educación emocional es una forma de prevención primaria inespecífica. Una persona con
competencias emocionales estará más preparada para dar esquinazo a las adicciones, la
violencia, la delincuencia, los comportamientos de riesgo, el suicidio, la impulsividad, los
trastornos relacionados con la falta de autoestima, etc. Además, adquirir competencias
emocionales desde edades tempranas favorece el desarrollo académico y profesional,
aumentando la prevención de las adversidades de la vida adulta y reduciendo los niveles
de estrés y depresión.
Cuanto antes, mejor
La prontitud con que las personas deberían empezar a adquirir estas competencias es algo
que están poniendo de manifiesto un número creciente de estudios científicos. Ayudar a los 
niños en el desarrollo de sus competencias emocionales en una fase temprana de la
infancia da lugar a grandes diferencias en su salud y bienestar a largo plazo. Incluso
durante el embarazo, es muy importante la influencia del estado emocional de la madre en
las repercusiones que este puede tener en el feto.
En el hogar
Si hay un entorno donde es imprescindible que se dé el desarrollo de competencias
emocionales, este es el de la familia. Los fuertes lazos emocionales entre padres e hiMos
hacen necesario que unos y otros puedan aprender a ser emocionalmente inteligentes con
el obMetivo de conseguir vivir todos con mayor bienestar. Los padres deben ser un
referente para ayudar a desarrollar las competencias emocionales en sus hiMos, serán sus
modelos de comportamiento. Debido a ello, es imprescindible que los padres desarrollen
también su inteligencia emocional de cara a favorecer la de sus hijos.
En la escuela
Los programas de educación emocional en las aulas deberían ponerse en marcha desde las
primeras etapas escolares. El diseño del programa de educación emocional tendría que
contar con el apoyo e implicación de toda la comunidad educativa (profesores, alumnos y
familiares) y contemplar su puesta en práctica desde una perspectiva transversal en el
currículo. Los profesores deben formarse previamente para poder llevar a cabo el
programa. Es indispensable que el programa incluya un plan de evaluación del programa
que esté presente antes, durante y después de su aplicación
Autor. Octavi Planells

 

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