Desde el punto de vista de la educación inclusiva, es importante tener en cuenta que las personas con altas capacidades forman un grupo muy heterogéneo, con tanta diversidad como la existente entre el resto de la población. No sólo provienen de familias, ambientes culturales, modelos educativos, entornos sociales diversos…, sino que también manifiestan diferencias individuales en lo que respecta a sus logros académicos, desarrollo social, emocional, cognitivo, etc.
Del mismo modo y dada la importancia del entorno para el desarrollo personal y social del alumnado, uno de los pilares de la educación inclusiva es la colaboración entre la escuela y la comunidad con el fin de conseguir el desarrollo integral del alumnado. Así, la colaboración familia‐escuela es imprescindible en la educación del alumnado con altas
capacidades.
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¿Cómo detectamos e identificamos al alumnado de altas capacidades intelectuales