Una propuesta ideal para este momento es la dinámica “Soy único como mi huella”, que invita a cada estudiante a reflexionar sobre lo que lo hace especial y a compartirlo con el grupo de una manera creativa y significativa.

Cada estudiante recibe una plantilla con la ilustración de una huella dactilar. La consigna es sencilla: dentro de esa huella, los alumnos deben escribir palabras o frases cortas que describan qué los hace únicos y especiales. Puede ser un talento, una cualidad, un gusto personal, un valor o una característica de su personalidad. La idea parte de un símil: al igual que no existen dos huellas digitales iguales, tampoco existen dos personas idénticas. Cada uno aporta algo valioso y diferente al grupo.

Al finalizar, las huellas pueden colocarse en un mural titulado “Un aula única” o “Nuestras huellas en este nuevo curso”, convirtiéndose en un recordatorio visual de la importancia de cada alumno dentro del grupo.

Esta dinámica no solo es una excelente forma de romper el hielo los primeros días, sino también una herramienta poderosa para trabajar la autoestima, el respeto y la cohesión grupal desde el inicio del ciclo escolar.