Un espacio de vida tan escaso como el del aula no se tiene ni en la celda de la prisión. Los profesores, al menos, pueden utilizar algún armario, moverse por el aula, salir, entrar. Si se dieran todas estas circunstancias en el hogar, sería un ambiente insoportable. (Gimeno, 2003).
La organización del espacio en el aula puede ser una tarea ardua e incluso de enormes proporciones
para la mayoría de los profesores. Encontrar la manera de disponer el aula, y que a su vez permita
moverse sin obstáculos, podría resultar un tanto frustrante, sobre todo si el espacio es bastante reducido.
La organización, o la falta de ella, en el aula puede afectar a la gestión de la misma y al aprendizaje
de nuestros alumnos. Afortunadamente, estamos en el inicio del curso y aún nos podemos permitir
modificar su distribución. CARLOS
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