Era el primer día de clases para los alumnos de primer año de la maestra Dorita. Los niños estaban contentos pero al final del día habían unos desesperados porque no podían realizar las tareas, unos lloraban, otros se ponían tristes y así sucesivamente. Los padres de familia que observaban aquella escena decidieron intervenir. ¿Qué padre no acude en ayuda de su hijo cuando éste lo necesita?, y resolvieron decirle a la maestra que les permitiera ayudar a los niños en tan ardua tarea. La docente accedió y cuando los padres se encontraban dentro del salón dijo: -Sólo tengo una condición para dejarlos ayudar a sus hijos y esa es que escuchen esta historia:
Un hombre de campo cuidaba todos los días sus plantas, observó un día que en una de ellas apareció un capullo. Al día siguiente en el capullo apareció una pequeña abertura. El hombre se sentó a observar la abertura de la cual emergía la pequeña cabeza de una mariposa, la observó por horas mientras ella se esforzaba para que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño agujero. Después de algún tiempo parecía que ella había dejado de luchar, entonces el hombre trató de ayudar a la mariposa y tomando una tijera abrió el capullo, la mariposa pudo salir fácilmente, pero su cuerpo estaba marchito, era pequeño y todavía tenía las alas arrugadas. El hombre siguió observándola esperando que en cualquier momento las alas se abrieran y se estiraran para que pudiera volar, pero nada de eso sucedió. La mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose, con un cuerpo marchito, era pequeño y todavía tenía las alas arrugadas.
DESCARGA EL CUADERNO EN PDF