Desde los primeros momentos de nuestra vida, abrimos los oídos y recibimos gran cantidad de información sonora: todo nuestro cuerpo se convierte en un maravilloso receptor de cualquier manifestación sonora. Así, el sonido pasa a ser compañero inseparable de nuestra realidad diaria.
Pero, ¿por qué no convertirnos también en “constructores, emisores de sonidos”? Es necesario implicar al niño en su propio proceso de aprendizaje. La experiencia se adquiere con la práctica diaria y es el núcleo central de los contenidos, sobre todo en las primeras etapas del sistema educativo.
Una manera para que el niño participe activamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje es construir los propios materiales que va a utilizar. En la educación musical, podemos construir instrumentos musicales con materiales de desecho. Inténtalo seguro que la experiencia será muy gratificante.
Panderetas con Cajas de quesitos – Cascabeles – Alambre – Cinta adhesiva de colores – Rotuladores
Panderetas con recortes de madera, chapas de botellas y cinta aislante
Zambombas con latas, cañas y film transparente
Guitarra con tubos, gomas y cajas de zapatos
Maracas con cucharas de plástico y huevos kínder
Tambor con latas de conserva, globos y gomas