La atención focalizada se puede definir como la capacidad que tiene nuestro cerebro para centrar nuestro foco atencional en un estímulo objetivo, independientemente del tiempo que dure dicha fijación. La atención focalizada es un tipo de atención que nos permite detectar rápidamente un estímulo relevante. Para atender tanto a los estímulos externos (un ruido, por ejemplo), como a los estímulos internos (sensación de sed, por ejemplo), vamos a hacer uso de nuestra atención focalizada. Esta habilidad cognitiva es muy importante puesto que nos permite ser eficientes en nuestro día a día.
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Trabajamos la atención focalizada en formas geometricas
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Nuestra capacidad para fijar nuestra atención en un estímulo o actividad puede variar dependiendo de diferentes factores:
- Factores personales: Como el nivel de activación, la motivación, la emoción, o la modalidad sensorial por la que se procese el estímulo. Es más probable que detectemos correctamente un estímulo si estamos despiertos, alegres y motivados que si estamos adormilados, tristes o si el estímulo o actividad nos resulta indiferente.
- Factores del entorno: Es más fácil fijar la atención en el estímulo o actividad objetivo si no hay muchos distractores. La dificultad aumenta conforme más distractores haya, más intensos y frecuentes sean.
- Factores del estímulo: Como la complejidad del estímulo, la novedad, la duración o la saliencia. Si hay un único estímulo muy simple, previsible y llamativo, será más fácil detectarlo.