La grafomotricidad es la capacidad que tenemos para controlar y coordinar los movimientos de nuestra mano con el fin de escribir. Es una habilidad fundamental que debemos adquirir desde la infancia, ya que es necesaria para poder escribir de forma legible y efectiva. Trabajar la grafomotricidad y el trazo en los primeros cursos de educación infantil es, por tanto, de gran importancia para el desarrollo de los alumnos y alumnas.

Existen diferentes formas de trabajar la grafomotricidad y el trazo en los primeros cursos de educación infantil. Algunas de ellas son:

Juegos y actividades que involucren el uso de las manos y los dedos, como modelar con arcilla, pintar con pinceles o hacer manualidades.
Actividades que impliquen dibujar y escribir, como dibujar líneas, círculos y curvas, escribir su propio nombre o hacer caligrafía.
Juegos y actividades que fomenten la concentración y la atención, como los rompecabezas o los juegos de memoria.
Actividades que involucren el uso de diferentes utensilios para escribir, como lápices, rotuladores o marcadores.

Además de estas actividades, es importante que los alumnos y alumnas tengan acceso a materiales adecuados para trabajar la grafomotricidad y el trazo. Esto incluye lápices con goma de borrar y afiladores, rotuladores de tamaño adecuado para su mano y papel con líneas guía para ayudarles a escribir de forma correcta.

En resumen, trabajar la grafomotricidad y el trazo en los primeros cursos de educación infantil es de gran importancia para el desarrollo de los alumnos y alumnas. Existen diferentes formas de trabajar estas habilidades, como juegos y actividades que involucren el uso de las manos y los dedos, actividades que impliquen dibujar y escribir y juegos y actividades que fomenten la concentración y la atención. Además, es importante que los alumnos y alumnas tengan acceso a materiales adecuados para trabajar estas habilidades.