El siguiente ejercicio está pensado para trabajar la velocidad lectora a partir de palabras que están parcialmente borrosas en textos. La velocidad lectora desarrolla en una persona una destreza mecánica como descifrar y articular palabras, además revela un aumento real de vocablos adquiridos.
Todo buen lector “reconoce” muchas palabras y articula mejor en cuanto usa mayor número de vocablos. Al evaluar la velocidad lectora, se está midiendo la magnitud del lenguaje adquirido.
Al principio, leer textos con palabras borrosas puede resultar complicado, ya que se requiere una mayor atención y concentración para identificar las palabras correctamente. Sin embargo, con la práctica, el cerebro se adapta a la dificultad y comienza a procesar las palabras con mayor rapidez y eficacia.
Además, para mejorar la velocidad lectora, es importante desarrollar otras habilidades como la comprensión lectora, la capacidad de identificar las ideas principales del texto, el conocimiento de vocabulario y la capacidad de leer en voz baja.
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