La educación en la primera infancia desempeña un papel fundamental en el desarrollo integral de los niños. Entre las numerosas habilidades que se les enseñan en la etapa de educación infantil, la capacidad de distinguir colores es una de las más relevantes y beneficiosas.
Aprender a distinguir colores es una forma efectiva de estimular el desarrollo cognitivo de los niños. Cuando los niños aprenden a identificar y nombrar colores, están fortaleciendo su capacidad de observación y su capacidad de categorización. Esta destreza les ayuda a comprender el mundo que les rodea de manera más precisa y detallada.
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