Entre los recursos más efectivos y divertidos para trabajar habilidades lingüísticas se encuentran las sopas de letras, que, a pesar de ser simples juegos, tienen un impacto significativo en el desarrollo lingüístico de los niños. Al tratarse de un juego, la sopa de letras ofrece una experiencia divertida y atractiva para los estudiantes, lo que facilita su aprendizaje y motiva la participación activa.
La sopa de letras requiere que los estudiantes mantengan su atención y concentración, ya que deben buscar las palabras con precisión y rapidez. Este ejercicio fortalece su capacidad para concentrarse en tareas específicas, una habilidad fundamental para la lectoescritura, que exige atención a los detalles.