Inteligencias Múltiples, Nuevas Metodologías

INTELIGENCIAS MULTIPLES INVENTARIO o TEST PARA NIÑOS Y NIÑAS

Una de las aportaciones de la teoría de las inteligencias múltiples a la tarea educativa es la referida a la observación y evaluación de las siete capacidades antes descritas que presentan los alumnos. En general, porque ellos nos permiten conocer en un sentido más global las fortalezas y debilidades de nuestros alumnos y planificar nuestra labor de forma que se optimicen unas y otras y, como ya sugeríamos, potenciarse al utilizarlas conjuntamente. Además, de esta forma valoraremos a nuestros niños desde una medida más amplia que el estrecho patrón que suele utilizar la escuela. En aquellos que presentan dificultades, este diagnóstico de las inteligencias múltiples servirá para detectar en qué tipo de destreza encuentran obstáculos y, por el contrario, en qué tipo de tarea parecen sentirse más competentes, en primer lugar, para que la escuela sea un lugar donde se potencian posibilidades (y se valoran capacidades de diversa índole), y, en segundo lugar, para planear tareas que permitan superar las dificultades utilizando elementos, destrezas o sistemas simbólicos propios de la inteligencia más destacada en cada niño o niña.

INVENTARIO DE IIMM PARA NIÑOS Y NIÑAS INTELIGENCIAS MULTIPLES

DESCARGA EL TEST O INVENTARIO EN PDF

INTELIGENCIAS MULTIPLES INVENTARIO PARA NIÑOS Y NIÑAS

Antes de evaluar las capacidades de los alumnos, el maestro o maestra debería reflexionar acerca de la situación en que se encuentra a sí mismo respecto de sus múltiples inteligencias. Los docentes, como nuestros alumnos, destacamos o entendemos que “se nos da mejor” o disfrutamos más con cierto tipo de tareas. Esto nos llevará a valorar y dar más peso a estas destrezas en clase y en nuestros alumnos. Si no somos muy ágiles en problemas lógico-matemáticos, dedicaremos menos tiempo y esfuerzo en este tipo de actividades y contenidos en el aula porque nos harán sentirnos inseguros; si siempre hemos sido unos patosos, dedicaremos menos tiempo a situaciones donde se desarrolla la dimensión corporal-kinética; si tenemos “un oído enfrente del otro”, la música no será protagonista en nuestra aula, etc. Esto, no sólo perjudica a los alumnos que sí presentan estas habilidades más desarrolladas, sino también al resto que podría beneficiarse de una práctica más esforzada en tales áreas. Por ello, quizás la primera de las tareas que deberíamos acometer respecto del trabajo con las inteligencias múltiples en Educación Infantil sería analizar el tipo de destrezas en que destacamos o hacia las que sentimos mayor inclinación en cada una de las siete inteligencias y en cuáles presentamos más carencias o menor disposición. Por ejemplo:

Inteligencia lingüística:

– Le da importancia a los libros, lee habitualmente, prefiere la radio a la televisión o el cine, le gustan los acertijos, trabalenguas o juegos de palabras, la gente disfruta de las anécdotas que cuenta porque las describe bien, me pregunto siempre por el origen de las palabras, o por su significado, etc.

Inteligencia lógico-matemática:

– Hace cálculos mentales con facilidad, le gustan los juegos lógicos, le gustan los problemas de “¿qué pasaría si…?, busca continuamente regularidades, secuencias lógicas o explicaciones a lo que ve, le gusta actualizarse en los nuevos descubrimientos científicos, etc.

Inteligencia espacial:

– Es muy sensible a los colores, con frecuencia hace fotos o graba en video, le gustan los rompecabezas, los laberintos o problemas visuales, se orienta con facilidad, le gusta dibujar, imagina con facilidad la perspectiva de las cosas vistas desde otro punto de vista, le resulta fácil decorar habitaciones, se mueve bien con los planos y mapas, etc.

Inteligencia corporal-kinética:

– Practica alguna actividad física regularmente más que verla o leer sobre ella, le gusta trabajar con las manos (coser, tejer, hacer carpintería, cerámica, etc.), le gustan las actividades al aire libre, gesticula cuando habla, es una persona bien coordinada desde el punto de vista físico, siempre se le ha dado bien bailar, etc.

Inteligencia musical

– Tararea canciones constantemente, toca algún instrumento, le gusta escuchar música, descubre con facilidad cuando alguien desafina, tamborilea con las manos o el lápiz cuando escucha música, sigue el ritmo de una melodía sin dificultad, etc.

Inteligencia interpersonal:

– Le gusta participar en actividades sociales de su trabajo, sus amigos o su comunidad, suele contar sus problemas a alguien, otras personas suelen buscarle para contarle sus preocupaciones o para pedirle consejo, le gusta enseñar lo que sabe a otros, prefiere salir con sus amigos a quedarse solo en casa, tiene muchos amigos, etc.

Inteligencia intrapersonal

– Pasa bastante tiempo reflexionando solo, es resistente a los avatares de la vida, asiste a sesiones de autoconocimiento y autoayuda, conoce bien sus fortalezas y debilidades, es independiente, tiene una gran fuerza de voluntad, lleva un diario personal, tiene un hobby personal que no comparte con otros, etc.

Una vez detectadas nuestras inteligencias fuertes y débiles, sería interesante pensar en el modo en que las destrezas con que contamos podrían contribuir a enriquecer nuestra tarea docente (si nos gusta la cerámica podemos introducirla en el aula, si bailar se nos da bien podemos practicarlo para abordar contenidos sobre el conocimiento del cuerpo o para el desarrollo de la psicomotricidad), y, por otro lado, planear cómo potenciar nuestras áreas deficitarias para poder ayudar a los alumnos a desarrollar el conjunto de las siete inteligencias. Introducir en nuestra labor cotidiana en el aula tareas encaminadas a trabajar con los niños y niñas habilidades que no dominamos es una vía para desarrollar éstas.

Para evaluar las inteligencias múltiples de nuestros alumnos debemos utilizar fundamentalmente laobservación sistemática. Podemos utilizar algún inventario de destrezas, como el que proponemos a continuación, y realizar con cierta continuidad registros de lo que observamos en cada alumno. Cada uno de nuestros niños y niños será observado con regularidad en la realización de actividades (actitud, entusiasmo, dedicación, dificultad, comentarios o preguntas que realiza, las respuestas o producto que elabora, etc.) en las tareas grupales e individuales, en el patio el recreo, en las excursiones, etc. al objeto de llegar a construirnos una imagen global de sus talentos y sus dificultades.

También podemos utilizar los registros anecdóticos, otra técnica de observación que consiste en anotar aquellas situaciones, hechos o sucesos especialmente relevantes para analizar y entender las disposiciones de los alumnos con respecto a las distintas habilidades. Por ejemplo, la reacción sorprendente de interés de un alumno generalmente indiferente a toda tarea escolar cuando se realiza un experimento en clase, la actitud participativa de un alumno preocupantemente retraído cuando se le invita a tocar algún instrumento musical, etc. Ser sensible a estas situaciones permite descubrir áreas de interés, y seguramente cierta predisposición, en alumnos que seguramente hasta su familia puede desconocer.

Otro recurso es la evaluación colegiada de trabajos escolares. Ésta consiste en seleccionar alguna tarea realizada por el alumno que llame la atención porque pueda reflejar una disposición clara hacia cierto tipo de destrezas o, por el contrario, alguna dificultad, para presentar al grupo de compañeros del ciclo o nivel. El maestro o maestra en cuestión describe al alumno, el contexto en que realizó la tarea y lo que le llama la atención de la misma, para que sus colegas analicen a su vez qué puede reflejar esa producción del pequeño y qué prácticas pueden aconsejar para potenciar la habilidad en cuestión o utilizarla para compensar otra (Allen, 2000).

Es evidente que la entrevista con la familia es otra fuente de información clave. Invitar a madres y padres a describir lo que le gusta hacer o no a su hijo o hija, en qué es habilidoso o en qué no, a qué le gusta jugar en casa, cuáles son las aficiones de los padres y hermanos que pueda observar el pequeño, su comportamiento en el parque frente a otros niños, su interacción con adultos o con sus propios hermanos, las curiosidades por las que pregunta y se interesa (“¿aquí qué pone?”, “¿qué hora es?”, “¿puedo ver las fotos de cuando era pequeño?”, “¿dónde va el sol cuando se va?”, “¿qué pasaría si no tuviéramos orejas?”). También se puede proponer a la familia que observe ciertos comportamientos del pequeño en casa o que le permitan interactuar con ciertos materiales o juguetes (construcciones, puzzles, laberintos, instrumentos musicales, cuentas de collares, etc.) para completar dicha información.

De igual forma hablar con otros profesores que lo conozcan (nivel anterior, profesora de lengua extranjera, monitores del comedor) nos puede ofrecer datos que ignoremos.

A continuación presentamos un inventario o listado de posibles comportamientos o disposiciones de los alumnos para evaluar las inteligencias múltiples. Es evidente que no es exhaustivo y que es posible completar con multitud de situaciones. Está basado en una propuesta realizada por Armstrong (1999) que hemos adaptado ligeramente para enfocarlo hacia alumnos de Educación Infantil.

FUENTE: Las inteligencias múltiples en el aula de Educación Infantil
Cristina Granado Alonso (Universidad de Sevilla)

1 Comentario

  1. muchas gracias es un contenido valioso e interesante.
    Estelita Rivas, Guatemala, C. A.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *