Leer no es fácil, leer es una tarea que requiere esfuerzo y concentración por parte del lector y como padres nos enfrentamos al reto de hacer atractiva una actividad que resulta compleja frente a otras, como puede ser el visionado de una película, en la que el esfuerzo se minimiza.
La construcción del lector es semejante a una carrera de fondo para la que es preciso entrenar a diario y aun así, no tenemos garantizada la victoria. No quiero provocar el desaliento con esta declaración, pero sí que seamos conscientes de la realidad para iniciar nuestra tarea con la seriedad y el entusiasmo que requiere, y también conscientes del placer que de la misma se deriva.
Conseguir que nuestros hijos lean requiere una labor de seducción; debemos despertar su apetito para que se animen a superar las dificultades que la lectura supone, provocar el deseo de descubrir lo que las páginas esconden, y para ello vamos a analizar nuestras actuaciones.
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