Al hablar del Lenguaje necesariamente nos tenemos que remitir a otros conceptos que
están en estrecha relación con este. Y es que el habla y el lenguaje, a través de procesos de
maduración y desarrollo, hacen posible la comunicación humana.
Iniciemos pues este diálogo definiendo someramente algunos de estos conceptos que
nos permitirán adentrarnos al maravilloso universo del Lenguaje.
Cuando nos referimos a Maduración lo hacemos indicando un proceso programado
genéticamente y que responde a pautas filogenéticas y ontogenéticas preestablecidas.
Aprendizaje, sin embargo es el proceso resultante de la interacción con el entorno,
utilizando todas las capacidades que provee la maduración. Mientras que Desarrollo es la
convergencia de la maduración y el aprendizaje.
Visto desde este punto de vista, podemos afirmar que el Lenguaje es un fenómeno
cultural y social que permite, a través de signos y símbolos adquiridos, la comunicación con
los demás y con nosotros mismos y que se halla instalado sobre un desarrollo suficiente de
funciones neurológicas y psíquicas.
Debemos aclarar desde ahora, que al referirnos al Lenguaje nos dirigimos hacia una
función adquirida y dependiente en su mayor parte del desarrollo cultural del medio ambiente
y su influencia sobre el individuo.
En esta oportunidad no nos detendremos a revisar las múltiples aferencias y eferencias
del sistema nervioso central que permiten la realización del Lenguaje. Dialogaremos acerca
de las etapas de adquisición progresiva de las estructuras lingüísticas del niño y sobre algunas
sugerencias para su mejor y mayor estimulación
DESARROLLO DEL LENGUAJE ORAL EN EL niño (PIAGET)
fuente: https://pelocadiz.wordpress.com/