Sin dudas, la motivación es un aspecto fundamental en el proceso de aprendizaje, ya que esta es el punto de inicio para que el alumno pueda abrir su mente hacia nuevos conocimientos. Es por eso que nuestros profesores se preocupan día a día para que sus clases inviten a los estudiantes hacia nuevos desafíos, puedan superar sus objetivos y logren aprender para su desarrollo integral.
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Cómo motivar a tus alumnos a aprender en cinco pasos
La motivación es un ingrediente esencial en el aprendizaje y, en ocasiones, uno de los más complicados de conseguir en el aula. Un alumno desmotivado no escucha, no se esfuerza, pierde interés y puede llegar a dificultar el desarrollo de la clase. Te damos claves para motivar a tus alumnos, ayudarles a encontrar lo que les apasiona y despertar en ellos las ganas de aprender, en cinco sencillos pasos.
1. Busca lo que les apasiona. Puede ser un tema en concreto, un método de aprendizaje, un espacio de trabajo. Se trata de buscar aquello que encienda la chispa de la motivación, algo que llame su atención y despierte el interés por aprender. Escucha y conoce a tus alumnos para descubrir su pasión y ayudarles también a ellos a reconocerla. Una buena herramienta es la aplicación de la teoría de las inteligencias múltiples en el aula, que permite poner en prácticas estrategias didácticas diferenciadas. Aquí tienes ideas y recursos para probarla en clase.
2. Plantea el aprendizaje como un descubrimiento. Animar a los alumnos a que participen, crear expectativas con una meta atractiva e implicarles en el proceso de aprendizaje es clave para motivarles. El trabajo por proyectos, por ejemplo, es una estupenda opción y, además, al colaborar e investigar en equipo con otros alumnos, puede contribuir a aumentar su motivación. La iniciativa 20-Time, que propone a los estudiantes dedicar un 20 por ciento del horario escolar a sus propios proyectos personales, también es una idea muy interesante.
3. Enfoca el contenido desde la práctica. Siempre que sea posible, relaciona el aprendizaje con la realidad cercana de tus estudiantes, de modo que sean capaces de ver la utilidad de aquello que están aprendiendo. Así es mucho más fácil que se impliquen y se interesen, y afianzarán lo aprendido de manera mucho más eficaz. Por ejemplo, repasa química con experimentos cotidianos, enseña física en el parque de atracciones o muestra el lado más divertido y práctico de las matemáticas con retos y enigmas de la vida cotidiana.
4. Utiliza las TIC. Tus alumnos son nativos digitales y las TIC llaman su atención de forma natural. Puedes aprovechar este interés y apoyarte en las nuevas tecnologías para presentar los temas en el aula, completar los contenidos o trabajarlos de una forma diferente. Pero, sobre todo, anima a tus alumnos a utilizarlas para aprender: documentarse, practicar lo aprendido, ampliar conocimientos, llevar a cabo proyectos y experiencias… En nuestro blog tienes multitud de recursos para todas las asignaturas y temas.
5. Practica el refuerzo positivo. Un niño desmotivado puede estar también desilusionado y desanimado porque le resulta difícil mantener el ritmo de la clase, no mejora sus calificaciones o no resuelve bien los trabajos de clase. Puedes contribuir a romper ese círculo vicioso desmotivación-fracaso mediante el refuerzo positivo y el apoyo a conductas o actitudes positivas, para valorar más que los resultados. De este modo estarás animando a tus alumnos a seguir intentándolo, aprender de los fracasos y buscar soluciones sin rendirse. Reconoce el trabajo de aquellos alumnos a los que les cuesta más avanzar y premia el esfuerzo. Puedes utilizar los sistemas de recompensa que se aplican en la gamificación, como ClassDojo u OpenBadges.