Actividades como la siguiente permiten asimilar la estructura silábica del lenguaje con mayor consciencia, y por tanto, favorecen el desarrollo posterior de la lectoescritura, sobre todo a nivel de fluidez.
Los niños pequeños tienen una conciencia escasa de los sonidos del lenguaje. Oyen, perciben una secuencia continua de sonidos, pero no son conscientes de que estos se pueden dividir en palabras, (conciencia léxica), estas en sílabas (conciencia silábica), y que estas últimas pueden estar formadas por uno o varios sonidos (conciencia fonémica).
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