Es un cuestionario de los que la persona se compara consigo misma. En una
primera aplicación se establece la línea base y después del entrenamiento
en técnicas de desarrollo emocional se vuelve a aplicar, valorando ítem a
ítem, o bien subapartados o apartados.
En las páginas 129-138 del libro Educación Emocional (Blasco et al. 2002)
están descritos cada uno de los subapartados.
No es un cuestionario que se transforme en puntuaciones, aunque se puede
utilizar para comparar entre sí el alumnado de una clase.
Para ello se puede puntuar 3 siempre, 2 casi siempre, 1 a veces y 0 nunca.
Los ítems 25, 33, 37 y 39 se puntúan a la inversa, en estros casos siempre
puntúa 0 y nunca 3.
Pero, sobre todo, se trata de detectar carencias emocionales por subapartados o apartados para a partir de ahí establecer prioridades en la intervención.