Lamentablemente, en la mayoría de los países, los avances sobre la concienciación del autismo no han ido acompañados de una mejora en su edad de diagnóstico. En general, los padres se preocupan por el desarrollo de su hijo o hija a los 18-24 meses de edad, pero un metaanálisis de 42 estudios mostró que la edad media de diagnóstico en países desarrollados oscilaba entre los 38 meses y los 120 meses de edad. En los países menos desarrollados, o en las poblaciones sin seguro médico o sin acceso a la atención sanitaria gratuita, es muy probable que la edad de
diagnóstico sea mucho más tardía.
Aunque el retraso del lenguaje no es específico del autismo, los retrasos en el balbuceo y el lenguaje son a menudo los primeros signos que preocupan a los padres. Otros síntomas tempranos incluyen retrasos en señalar o gesticular, responder al propio nombre y un alterado contacto visual. Es posible que las dificultades en la interacción social con compañeros y/o los comportamientos repetitivos inusuales no se manifiesten en los primeros dos o tres años de edad,
por lo que su ausencia en los niños muy pequeños no debe descartar un posible diagnóstico. La página web de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, enumera algunas de las siguientes características como posibles «banderas rojas» de alerta para el autismo en niños pequeños: