Hace dos décadas era muy escaso el catálogo de productos que podían comprarse por Internet. Además, los métodos de pago existentes por aquel entonces pecaban de no ser demasiado seguros. A todo ello hay que sumar un servicio de transporte que no estaba a la altura de las circunstancias.
Por suerte, la situación hoy en día es radicalmente distinta. En pleno 2023 contamos con sistemas de pago de la talla de PayPal, los cuales son sinónimos de seguridad en estado puro. Por otra parte, las empresas que hacen llegar los paquetes a los usuarios los entregan en poco tiempo y sin que se produzcan contratiempos como las típicas roturas. A su vez, el catálogo de productos que pueden comprarse online es amplísimo, incluyendo algunos voluminosos y pesados como son los muebles.
El mobiliario es esencial para la calidad de vida de los estudiantes. Las mamás y los papás son conscientes de ello, así que no dudan en hacer un esfuerzo económico con tal de proporcionar a sus hijos unos muebles que sean cómodos, prácticos, útiles y, a ser posible, bonitos. En este sentido, cuentan con una amplísima lista de comercios electrónicos por los que pueden optar. Sin embargo, muchos de los progenitores siguen recurriendo a los establecimientos físicos. Así lo demuestran las madres y los padres que compran muebles en tiendas especializadas. Existiendo la alternativa en línea, ¿por qué se decantan por la presencial?
En el sector de los muebles es mejor estar físicamente ante los productos para acertar en la compra
Son numerosos los ámbitos que, a pesar de estar presentes en la red, siguen cosechando un gran éxito a nivel presencial. Un claro ejemplo es el de la comida, aunque hoy hablaremos de otro que poco tiene que ver: el de los muebles.
En algunos sectores es fundamental comprobar una serie de aspectos antes de elegir un producto u otro. En caso contrario, serían altas las probabilidades de tomar una decisión equivocada que no fuera cien por cien satisfactoria.
El ámbito mobiliario lo demuestra a la perfección. Por ejemplo, para aquellas mamás y los papás que están buscando muebles baratos madrid, el hecho de ver los productos por Internet les es de gran ayuda a modo de referencia. Sin embargo, no conviene que tramiten la compra simplemente habiendo visto el producto a través de la red.
La mayoría de progenitores son conscientes de ello, así que no dudan en acudir presencialmente a un negocio físico para tener una visión más amplia y real del mueble en cuestión.
Hay ciertos detalles que solo pueden ser apreciados en persona. El mejor ejemplo posible es el de la calidad de los materiales, el color y las dimensiones.
La ficha del producto que puede consultarse desde casa especifica el material con el que ha sido fabricado, pero no se sabe si la calidad es realmente buena o no hasta que, con las propias manos, las madres y los padres lo tocan y/o utilizan.
Es innegable que, gracias a las reseñas que publican otros usuarios, es posible averiguar sin necesidad de desplazarse si los materiales presumen de la calidad que se espera de ellos. Pero, ¿qué pasa con la tonalidad y el tamaño?
Viendo el mueble por Internet obtendrás una sensación distinta dependiendo de cuál sea el dispositivo utilizado para observar las fotografías. Quizá un teléfono móvil muestre unos colores más saturados por tener la pantalla OLED, mientras que en el ordenador se vea muy claro y en el televisor con una tonalidad algo apagada.
Algunos fabricantes de muebles, para curarse en salud, indican en las fichas de sus productos que la percepción del color varía enormemente en función del aparato tecnológico empleado. Las mamás y los papás lo saben, por lo que se decantan por visitar negocios físicos también con un objetivo adicional.
Más allá de lo referente a la calidad y los colores, también lo hacen por las dimensiones. Por mucho que se detallen las medidas en la ficha, no se sabe si el tamaño es el adecuado para casa hasta que se ve el mueble en persona.
Comprando físicamente los muebles hay más posibilidades de acertar
El estudiante en cuestión se beneficia de la decisión tomada por sus padres si la compra del mobiliario es sinónima de acierto absoluto, lo cual es más posible decantándose por ir físicamente a un comercio especializado y menos improbable en caso de optar solo por Internet.
Cuando la mamá y el papá comprueban en persona que el tamaño, el color y las dimensiones satisfacen las necesidades de su vivienda y las de su hijo que va al colegio, instituto o universidad, toman la decisión final de comprarlo.
Es entonces cuando el estudiante empieza a beneficiarse de ello. Concretamente lo hace viendo aumentada su productividad a nivel estudiantil, así como descansando mejor en caso de que se trate de un mueble para el dormitorio.