La retroalimentación positiva puede tomar muchas formas diferentes. Puede ser un elogio verbal, una nota escrita, una mención en una reunión de padres y maestros, o incluso una recompensa tangible como un certificado o un premio. Cualquiera que sea la forma en que se entregue, la retroalimentación positiva debe ser específica y oportuna. Debe ser específica para que los estudiantes sepan exactamente lo que están haciendo bien, y oportuna para que la retroalimentación tenga el mayor impacto.
Las recompensas son una forma efectiva de proporcionar feedback positivo. Aunque algunos pueden argumentar que las recompensas no deben ser necesarias para motivar a los estudiantes, la realidad es que a menudo son una forma efectiva de reconocer y motivar a los estudiantes por sus logros. Las recompensas pueden tomar muchas formas diferentes, desde simples elogios verbales hasta premios tangibles como dulces, juguetes o certificados.
Las recompensas también pueden ser una forma efectiva de fomentar un comportamiento específico en los estudiantes. Por ejemplo, si un maestro quiere fomentar la participación en clase, podría ofrecer una recompensa a los estudiantes que respondan preguntas o contribuyan a las discusiones en clase. Esto no solo motiva a los estudiantes a participar, sino que también les permite sentirse valorados y reconocidos por sus contribuciones.
Es importante tener en cuenta que las recompensas no deben utilizarse en exceso o como sustituto de la retroalimentación positiva verbal. Las recompensas pueden ser efectivas en el corto plazo, pero a largo plazo, los estudiantes necesitan sentir que su trabajo es valorado y reconocido a través de la retroalimentación verbal y elogios.
Además, es importante asegurarse de que las recompensas sean justas y equitativas para todos los estudiantes.
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recompensas en el aula
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