La atención es una capacidad cognitiva fundamental que nos permite concentrarnos y dirigir nuestros recursos mentales hacia un estímulo o tarea específica. Tanto en niños como en adultos, desarrollar y fortalecer esta habilidad es crucial para el éxito en diferentes aspectos de la vida.

En el caso de los niños, una atención bien desarrollada les permite concentrarse en el aula, seguir las instrucciones de los maestros y retener la información de manera más eficiente. La capacidad de focalizar la atención en una tarea específica les ayuda a comprender y procesar mejor la información, lo que se traduce en un mejor rendimiento académico. Además, una atención sostenida y selectiva les permite filtrar distracciones y mantener el enfoque en las actividades de aprendizaje.

Al trabajar la atención de manera constante, se promueve la plasticidad cerebral, que es la capacidad del cerebro para adaptarse y reorganizarse en respuesta a la experiencia. La estimulación cognitiva a través de ejercicios y actividades que requieren atención ayuda a mantener las conexiones neuronales y a preservar la función cerebral en personas mayores.

El deterioro cognitivo es común en el envejecimiento, y la atención es una de las funciones cognitivas más afectadas en este proceso. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que la práctica regular de ejercicios de atención puede retrasar e incluso prevenir el deterioro cognitivo en personas mayores. Al trabajar la atención, se fortalecen las habilidades cognitivas relacionadas, como la memoria, el procesamiento de la información y la concentración, lo que contribuye a mantener un funcionamiento cognitivo óptimo.