El síndrome de Asperger plantea un gran reto al sistema educativo. Se trata de un trastorno que implica, no un retraso, sino una alteración, una distorsión cualitativa del desarrollo. Afecta a lo más esencial de nuestra condición humana: la habilidad para relacionarse, comunicar, conectarse emocionalmente con otros, imaginar, adaptarse de forma flexible a la realidad…
El funcionamiento cognitivo y estilo de aprendizaje de estos niños es peculiar. Sus comportamientos nos resultan muchas veces incomprensibles y corremos el riesgo de malinterpretarlos, actuando indebidamente o sintiéndonos impotentes ante los mismos. ¿Cómo educar a alumnos que presentan limitaciones importantes en la capacidad de imitar, de identificarse con otro, de empatía, de comunicación, de comprensión…, con una gran rigidez en sus comportamientos y en su funcionamiento cognitivo y para los que las claves sociales pueden ser irrelevantes? Los recursos que empleamos habitualmente con otros niños pueden no sernos útiles.
Este trastorno exige formas de tratamiento que son, en gran medida, específicas. A ellas vamos a acercarnos en esta guía. Sin embargo, esto requiere previamente una comprensión psicológica de su naturaleza ya que, tanto los objetivos que nos planteemos en la escuela como los principios que deben guiar nuestra actuación en la misma, derivan de esta comprensión.
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alumnos con sindrome de asperger necesidades y respuesta educativa
Autora: María Frontera Sancho
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