Se parte de la idea de deformar las palabras para hacerlas productivas. Una manera eficaz de deformar una palabra es poniéndole un prefijo arbitrario. Por ejemplo hay un auténtico tesoro de posibilidades en el prefijo «des»: da un vuelco de 180 º a nuestro mundo y lo convierte en una auténtica Utopía (Imagináis una sociedad en la que desaprender es la actividad cotidiana en el cole, desgobernar la de los políticos -bueno, eso no sería tan descabellado suponerlo, ¿verdad?-, donde existe un «descañón» que hace «desestallar» las guerras?…) El prefijo «bis» nos llevaría a un mundo de duplicados (El «bisboli» ideal para gemelos, la «bispizza» -no es tan irreal ¿acaso no hay un 2 x 1, en la pizzería del pueblo?-, lo malo serían el «bispago», «los bisimpuestos», los «bisdeberes»…)
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Me queda de maravilla para lo que estamos trabajando en el aula. Muchas gracias.