Control de las emociones del niño conedl Semáforo del bienestar

Los niños comprenden a la perfección cómo funciona el semáforo. El rojo indica no pasar, es decir, esperar, el ámbar indica que pronto se podrá pasar, con lo cual puedes empezar a prepararte para dar tus primeros pasos. El verde significa puedes pasar. Si trasladamos estos colores y lo que representan a un ataque de ira o a una rabieta, los niños aprenden a gestionar sus emociones como si de un juego se tratara. Para ello, es necesario asociar los colores del semáforo con las emociones y la conducta.

• ROJO: PARARSE. Cuando no podemos controlar una emoción (sentimos mucha rabia, queremos agredir a alguien, nos ponemos muy nerviosos…) tenemos que pararnos como cuando un coche se encuentra con la luz roja del semáforo.
• AMARILLO: PENSAR. Después de detenerse es el momento de pensar y darse cuenta del problema que se está planteando y de lo que se está sintiendo.
• VERDE: SOLUCIONARLO. Si uno se da tiempo de pensar pueden surgir alternativas o soluciones al conflicto o problema.  Es la hora de elegir la mejor solución.

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Semáforo del bienestar para el control de las emociones

SOBRE LA AUTORA

Alba López Pérez  @rincondelacalma

https://www.instagram.com/rincondelacalma/

El semáforo del bienestar es una herramienta útil para trabajar las emociones y promover un mayor autoconocimiento. Este método se basa en la clasificación de nuestras emociones en tres colores, cada uno de los cuales representa un nivel de intensidad y un tipo de emoción distinto.

El primer color es el verde, que representa las emociones positivas y de bienestar. Este color incluye emociones como la alegría, el amor, la gratitud y la esperanza. Cuando estamos en verde, nos sentimos felices y satisfechos con nuestra vida.

El segundo color es el amarillo, que representa las emociones de alerta y precaución. Este color incluye emociones como la ansiedad, el nerviosismo y la preocupación. Cuando estamos en amarillo, nos sentimos alerta y conscientes de los riesgos y peligros que nos rodean.

Por último, el tercer color es el rojo, que representa las emociones negativas y de malestar. Este color incluye emociones como la ira, la tristeza, la frustración y el miedo. Cuando estamos en rojo, nos sentimos incómodos y descontentos con nuestra vida.

Para utilizar el semáforo del bienestar, es importante que aprendamos a identificar nuestras emociones y a clasificarlas en uno de estos tres colores. Una vez que hemos identificado nuestra emoción, podemos trabajar en ella para cambiarla hacia un color más positivo.

Por ejemplo, si nos damos cuenta de que estamos en rojo, podemos tratar de identificar la causa de nuestra emoción y buscar maneras de resolver el problema. Si estamos en amarillo, podemos tratar de relajarnos y calmarnos mediante la meditación, la respiración profunda o el ejercicio físico. Y si estamos en verde, podemos tratar de mantenernos en ese estado mediante la práctica de actividades que nos gusten y nos hagan sentir bien.

En resumen, el semáforo del bienestar es una herramienta útil para trabajar las emociones y promover un mayor autoconocimiento. Aprender a identificar nuestras emociones y a clasificarlas en uno de estos tres colores nos ayuda a comprender mejor nuestra propia psicología y a tomar medidas para mejorar nuestro bienestar emocional.