Para conocer la estructura social del aula y así poder detectar con mayor facilidad los posibles problemas que puedan surgir en ella es importante poner en marcha varias de las herramientas que tenemos a mano para ello y no quedarnos solo con la observación directa.
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Para ello, es importante pasar un sociograma en distintas épocas a lo largo del curso. Se aconseja una a principio, otra a mitad de curso y otra a finales. No obstante, se puede pasar en cualquier momento que necesitemos conocer un poco más sobre las relaciones entre nuestros alumnos.
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Nos ayudará a medir el clima de convivencia dentro de un grupo y para mostrarnos las realidades más ocultas y difíciles de detectar con la observación.
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Con los datos obtenidos, el profesor tendrá mejor información acerca del grupo, las amistades y enemistades, así como los perfiles en riesgo de bullying.
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Aquí os dejo un ejemplo adaptando distintas preguntas encontradas por internet.